Los problemas de El Gancho y las cámaras de seguridad

Los problemas de El Gancho y las cámaras de seguridad 1024 517 Unión Vecinal Cesaraugusta

Los problemas de El Gancho son conocidos por todos los ciudadanos y no hace falta extenderse sobre ellos. No hay una sola causa que haya provocado el problema, sino que, como siempre ocurre, han confluido diferentes problemas que han originado uno mucho mayor: falta de condiciones de habitabilidad de muchos edificios, antigüedad de los mismos, degradación progresiva de los inmuebles porque hoy no es atractivo vivir en un edificio viejo, sin ascensor y sin garaje, obligación del mantenimiento de muchos edificios debido a su catalogación arquitectónica, que lleva a muchos propietarios a tapiarlos y abandonarlos, ocupación, droga, degradación social, expulsión de habitantes tradicionales, huida de los promotores privados… Una espiral complicada de resolver.

El resultado, un barrio en el que resulta difícil vivir.

Después de soportar muchos problemas, de ver cómo se degrada el barrio día a día, después de muchas llamadas a las policías local y nacional (la policía local es competente en el cumplimiento de las ordenanzas municipales y la nacional en el resto de actividades delictivas), después de reuniones en la Delegación del Gobierno, etc., se adoptó la decisión de instalar cámaras de seguridad cumpliendo todos los requisitos legales necesarios, que son muchos y muy larga su tramitación hasta la ansiada autorización.

Se trataba de dar seguridad a los habitantes, de evitar trapicheos, venta de sustancias prohibidas en cualquier esquina, pero sobre todo en las puertas del Centro de Salud de San Pablo, en las calles de San Blas y Aguadores, donde se han producido altercados graves con los viandantes. Se trataba, en suma, de mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos.

Y las cámaras se colocaron.

Y dijeron que graban las 24 horas del día. Pero son fijas, enfocan a un solo punto. Y aquellos a los que se pretendía grabar se dieron cuenta enseguida y lo solucionaron cambiándose de esquina, evitándolas.

Era tan fácil y estaban tan indefensas que pronto han sido vandalizadas. Ya no graban. Siguen los problemas de convivencia. En otras zonas de la ciudad se van a colocar unas cámaras “inteligentes”, como las que los vecinos de El Gancho necesitan. En infinidad de ciudades existen cámaras de vigilancia que sirven para evitar la comisión de delitos. El Gancho no puede ser diferente a otros barrios de otras ciudades. Tendrán que colocarse nuevamente con sistemas anti vandalismo, que los hay, evidentemente. Las necesitamos, porque de otra manera, las familias que pretenden vivir en el barrio, suelen estar el tiempo necesario para buscar otra zona de la ciudad.

A la vez que se colocaron las cámaras, el ayuntamiento anuncia que se van a comprar casas y solares para construir viviendas. Bienvenida sea la iniciativa, constrúyanse casas con todas las condiciones de habitabilidad exigibles, pero adjudíquense con mucho cuidado para que exista mezcla de tejido social. Por otra parte, los edificios catalogados por su interés ambiental pueden y deben ser sustituidos por otros de nueva construcción repitiendo la fachada original, de manera que se mantenga la dignidad estética de la calle, pero se puedan habitar los edificios. La mejora paulatina de todas las condiciones de habitabilidad, tanto en el interior de los edificios como en las calles mediante el esponjamiento del tejido urbano, además de las cámaras de seguridad, parece el único camino posible para que el barrio reviva. Si finalmente la iniciativa privada se decide a promover viviendas en el barrio, será buena señal, porque eso significará que las condiciones de vida se normalizan y volverá a ser atractivo vivir “en el centro”.

Marisa Verde

Constancio Navarro

Unión Vecinal Cesaraugusta

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