Los monumentos de la Expo
Los monumentos de la Expo https://i0.wp.com/unioncesaraugusta.org/wp-content/uploads/2022/05/image-3.png?fit=433%2C350&ssl=1 433 350 Unión Vecinal Cesaraugusta Unión Vecinal Cesaraugusta https://i0.wp.com/unioncesaraugusta.org/wp-content/uploads/2022/05/image-3.png?fit=433%2C350&ssl=1- ucesaraugusta
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Creo que con los dos artículos anteriores queda suficientemente explicada la razón por la que incluimos el año 1808 en el nombre de nuestra Asociación.
En el último de ellos recordaba los edificios que se conservan en nuestro barrio de los muchos que se construyeron para la Exposición Hispano Francesa de 1908, y nombré el monumento a Moret que podemos contemplar en los jardines del Museo de Zaragoza.
En este apartado voy a comentar otros dos monumentos que la ciudad ha heredado de la citada Exposición y que formaron parte de ella.
El Quiosco de la Música
Uno de ellos es el QUIOSCO DE LA MÚSICA. Es una de las mejores obras modernistas de nuestra ciudad. Fue realizada por los hermanos José y Manuel Martínez de Ubago Lizárraga, originarios de Pamplona, pero afincados en Zaragoza. Realizaron muchos edificios en la ciudad, sobre todo en el actual paseo de Sagasta, aunque la mayoría ya no se conserva.
En esta fotografía vemos el quiosco en mitad de la imagen después de ser demolidos casi todos los edificios de la Exposición Hispano Francesa de 1908
Poco duraría en esta ubicación pues solo cuatro años después, en 1912, se desmontó y se trasladó al paseo de la Independencia.
En su nueva ubicación aún duró 12 años, hasta 1924, en que volvió a su emplazamiento original en la plaza de los Sitios, que en aquel entonces se le había puesto el nombre de Emilio Castelar. Sorprende que en el reinado de Alfonso XIII, se le diera a esta plaza el nombre de un presidente de Gobierno de la Primera República. Este nombre cambió en 1940, pasando a llamarse plaza de José Antonio Primo de Rivera, que a su vez se rebautizó por plaza de los Sitios en el 2008 debido a la Ley de Memoria Histórica. La respetada legislación vigente marca una diferencia respecto a la pasividad de la monarquía de la Restauración.
Durante los años que estuvo el Quiosco en el paseo de la Independencia, la zona central de la Expo se había convertido en una auténtica plaza por los edificios en ella construidos:
- El colegio Gascón y Marín del arquitecto José de Yarza Echenique, inaugurado en 1919.
- La Cruz Roja, fue inaugurada el uno de enero de 1928 por la reina Victoria Eugenia; su arquitecto fue Miguel Ángel Navarro, hijo de Félix Navarro que, como recordamos, diseñó el pabellón que ahora era la Escuela de Artes y Oficios.
- Y los demás edificios, casi todos de los años veinte del siglo XX, hacían de esta plaza un lugar ideal para la alta burguesía.
Volviendo a nuestro monumento, en la plaza de los Sitios como tal no estuvo nunca, o mejor dicho, se lo llevaron a la Glorieta del director de música Ramón Borobia Cetina en el Parque en 1968, cuarenta años antes que la plaza se conociese con este nombre.
Desde entonces está en el Parque Grande, apelativo que le dieron los zaragozanos a este oasis ciudadano, aunque oficialmente ha tenido dos nombres: el de Miguel Primo de Rivera, que lo impulsó e inauguró, y el de José Antonio Labordeta desde el día siguiente de la muerte de este popular aragonés, el 19 de septiembre del 2010.
Terminaré recordando el atentado que sufrió en 2017. Una noche, dos indeseables robaron una excavadora y arremetieron con ella contra nuestro monumento, ocasionándole gravísimos daños que ya fueron reparados por el Ayuntamiento, eso sí, con el dinero de todos, porque los vándalos eran insolventes.
Monumento a los Sitios de Zaragoza
Este otro monumento tuvo menos trasiego, pues aún está en el mismo lugar donde lo inauguraron Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia el 28 de octubre de 1908. De haberlo trasladado, se habría abierto y perdido una “cápsula de tiempo” que aún se conserva en sus cimientos. Me refiero a la caja de plomo que el alcalde Antonio Fleta colocó debajo de la primera piedra del monumento, bendecida por el arzobispo Soldevilla, el 22 de marzo de 1908. Dentro de la sellada urna se colocaron, junto con monedas de los años 1878, 1899, 1903, 1904, 1905 y 1908, un ejemplar de los periódicos locales y del semanario “El Pilar”.
Por cierto, hay varias anécdotas de la inauguración de las que voy a recordar dos:
- La Exposición debería haber terminado el día 30 de octubre de 1908. Es decir, a tan solo dos días de la clausura se inaugura el principal monumento hecho para la misma. Menos mal que debido al éxito del certamen, éste se prolongó hasta el 5 de diciembre de 1908.
- Las figuras de bronce aún no estaban finalizadas, así que se trajeron a toda prisa los modelos de yeso y se pintaron de cobre. Las esculturas metálicas se colocaron en las fiestas del Pilar de 1909, más de un año después. Desconozco si los reyes eran conocedores de que inauguraban un monumento con las figuras de yeso.
A pesar de todo, el rey Alfonso XIII, que presidió la inauguración del monumento, se quedó maravillado de la obra y se deshizo en halagos hacia la misma y a su autor.
Aún no he dicho quién fue el escultor que realizó la obra. El virtuoso artista nacido en Barcelona fue Agustín Querol Subirats. No era la primera escultura que realizaba en nuestra ciudad.
La otra es EL MONUMENTO A LOS MÁRTIRES DE LA RELIGIÓN Y DE LA PATRIA de la plaza de España. Realmente es el creador de la parte escultórica, pues el pedestal en forma de castillo es de Ricardo Magdalena, el cual se había colocado varios años antes para sustituir a la Fuente de la Princesa o de Neptuno (foto izquierda en la que se coexisten las obras del nuevo monumento y la fuente, que no coincidían exactamente en el sitio). Nuestra primera fuente de agua potable se encuentra actualmente en el Parque Grande desde 1945. Curiosamente se planificó llevarla a Balsas de Ebro Viejo, pero por falta de dinero se almacenó en un almacén de la calle Heroísmo hasta 1935, y entonces se decidió instalarla en la Arboleda de Macanaz, a la altura de la Pasarela. (foto derecha). Para los seguidores del Atlético de Madrid, como mi nieto, quiero recordar que la fuente está inspirada en la que hay en Madrid dedicada al mismo personaje mitológico.
Os preguntaréis por qué me he ido por los Cerros de Úbeda. La razón es que la genialidad de la obra es la historia de una satisfacción a la ciudad. Os lo cuento.
El monumento a los Mártires tuvo mucha polémica pues se parecía mucho a otro que Querol había hecho en una ciudad española: LA HABANA (suena raro ¿verdad?, pero estamos en el siglo XIX y Cuba era parte de la Nación). Me refiero al monumento a los 25 bomberos y otras 13 personas fallecidos en el incendio de la ferretería de ISASI de dicha ciudad.
La verdad es que, viendo los dos monumentos, el de los bomberos de 1897 y el de Zaragoza inaugurado el 23 de octubre de 1904, tenemos que dar la razón a nuestros críticos abuelos. Uno de nuestros predecesores, concretamente el primer presidente de nuestra Asociación, Daniel Lizalde, que fue tallista y profesor de la Escuela de Bellas Artes, decía socarronamente: “Querol, para quitarse el muerto, hizo que el ángel se lo cargase al otro lado”.
Sin embargo, la ciudad volvió a confiar en Agustín Querol y Subirats para hacer el Monumento de los Sitios. Asumió que tenía una deuda con nuestra ciudad, por lo que se esforzó creando una de sus mejores obras y posiblemente la póstuma, pues falleció el 14 de diciembre de 1909. Menos de dos meses antes, en las fiestas del Pilar de 1909, se había inaugurado definitivamente nuestro monumento con las esculturas de bronce.
Os comento lo que más me emociona del conjunto escultórico: en concreto es la forma con la que el autor Querol muestra la determinación, ferocidad y valentía de Agustina de Aragón enfrentándose a los franceses con la mecha del cañón en una mano y con una cesta de víveres en la otra. Aunque, lo mejor y lo que más me impresiona es cómo nuestra heroína sujeta el pañuelo de su cabeza: CON LOS DIENTES.
Es también destacable uno de sus relieves, recordemos que la obra es de hace más de cien años, en la que se representa una escena bélica pero donde todas sus figuras del primer plano son mujeres que no renuncian a su femineidad, pues algunas llevan niños en brazos. Posiblemente sea la primera escultura con este protagonismo feminista.
Terminaré comentando la figura que culmina el monumento. En la página web del ayuntamiento dice que representa a la Patria, aunque si tenemos en cuenta que sujeta el escudo de nuestra ciudad y que su tocado está agitado por un viento que nos recuerda al cierzo, en nuestra asociación nos inclinamos por pensar que es la personificación de Zaragoza.
Quiero destacar que no fueron los únicos monumentos que se hicieron en la ciudad coincidiendo con la Exposición o por ella, pero se colocaron fuera del recinto del certamen.
De ellos ya hablaremos.
Daniel Portero
Presidente de la Asociación de Vecinos 1808 del Barrio de San Miguel
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