La Romareda y la transparencia

La Romareda y la transparencia 990 742 Unión Vecinal Cesaraugusta

Desde que una sociedad adquirió el Real Zaragoza, en ese momento con una deuda de alrededor de 70 millones de euros (ni el lector ni yo la habríamos adquirido, seguro) se han ido produciendo diferentes hechos que a nuestro entender poco tiene que ver con la transparencia.

Primero se desarrolló en el Ayuntamiento el denominado “proceso de escucha” a los representantes de la sociedad zaragozana para determinar la ubicación del futuro estadio deportivo. Y eso se hizo sin datos para conocer si el emplazamiento actual reúne las condiciones para que esté ahí o no. De hecho, se produjo una controversia pública entre diferentes técnicos municipales que fue bochornosa.

Hay que entender que la decisión estaba tomada de antemano. ¿Por qué lo decimos? Pues porque cuando se produce una operación como es la compra de una sociedad deportiva que adeuda 70 millones de euros no se hace porque sí.

En el mundo empresarial, antes de efectuar una inversión se desarrollan todos los aspectos con gran precisión, todos los detalles y todos los factores favorables y desfavorables que pueden producirse en lo que se suele denominar el “proyecto”. Inversión necesaria, obras a ejecutar, plazos de construcción y de gestión, flujo de dinero necesario a lo largo del tiempo, diferentes variables a tener en cuenta, … y, sobre todo, rentabilidad futura.

Por eso, antes de efectuar la compra de la sociedad deportiva, hay que entender que ya se había determinado una línea de inversión y de negocio, una estrategia en la que basarse para dar los pasos necesarios para llegar al fin previsto.

Renovar el equipo, ascender a primera división, encargar el proyecto del futuro estadio, optar a su construcción y determinar el plazo de explotación necesario para que la inversión alcance la rentabilidad esperada y prevista.

Todo ello suponía disponer de un derecho de superficie de 75 años, lo que implicaría que la ciudad no invirtiera ni un euro en la operación.

Pero no contaron con el cainismo político que se vive desde siempre en la ciudad. No sería tan difícil que al menos los dos grandes partidos se pusieran de acuerdo en llevar delante tanto proyectos importantes como los asuntos diarios en beneficio de la ciudad, aunque la realidad nos dice que es imposible.

La ciudad ya ha pagado 3 proyectos de estadio. El primero, en Valdespartera, donde ahora se construye un cuartel de la Guardia Civil, era seguramente el mejor planteado. El segundo, en la actual ubicación, con una cubierta casi imposible de ejecutar y de elevadísimo coste. Y el tercero, en San José, de diseño espectacular y todavía más caro.

Cuando hablamos de grandes inversiones en la ciudad, siempre nos viene a la memoria el Auditorio, que no iba a costar ni un duro a la ciudad y costó una fortuna, también la depuradora más cara del planeta, ubicada en Zaragoza, o la rehabilitación de la estación de Canfranc, pagada por los aragoneses para que la explote una empresa privada durante un montón de años.

¿Volveremos a las andadas?

Parece que sí porque ya el anterior Gobierno de Aragón pidió al Ayuntamiento que le enviase un refundido del planeamiento general antes de pronunciarse, no sea que tenga por allí algún terreno… Palos en la rueda, como se suele decir. Y, finalmente, la traca final; se utilizó a Unidas Podemos para plantear un recurso ante un tribunal que controla el Gobierno de Aragón para paralizar el proceso de adjudicación de la construcción y explotación del estadio. Viendo que la cosa se complica, el Ayuntamiento acude a la justicia ordinaria y solicita que cautelarmente (de momento, hasta que haya sentencia definitiva) se pueda continuar con el procedimiento de adjudicación de las obras y de la gestión de las mismas.

El Tribunal Superior de Justicia de Aragón, que no depende del Gobierno de Aragón, lo autoriza y, de manera sorprendente, se muestra durísimo con el tribunal del Gobierno de Aragón, señalando que su resolución no parecía ajustarse a derecho al paralizar el procedimiento. Blanco y en botella.

Pero nos vamos del tema. Hablábamos de transparencia.

La sociedad inversora encarga un anteproyecto a un arquitecto y a una consultoría con amplia experiencia y, un día antes de que acabara el plazo para presentar ofertas, se echa atrás. Se dice que por inseguridad jurídica.

Lo cierto es que la resolución judicial del recurso (hasta el Supremo) puede tardar alrededor de 2 años. Pero 2 años frente a 75 para la explotación no parece ser demasiado importante.

Lo que no es creíble es que el Ayuntamiento se enterase por la prensa un día antes del final del plazo que no se iban a presentar ofertas.

Las cosas no se hacen así si hablamos de empresas con cierta seriedad. Por eso decimos que no ha habido ni hay transparencia en el proceso.

La sociedad inversora alude a la falta de inversores externos derivada de la inseguridad jurídica, pero en tiempo récord se ha puesto sobre la mesa una sociedad mixta (entre particulares y administraciones públicas).

Sigue sin haber transparencia. La sociedad inversora dice que el proyecto del estadio se lo regala al Ayuntamiento (no hablamos de mil euros precisamente) y que va a poner dinero en la sociedad mixta, sin aclarar cuánto.

Parece que todo el mundo está de acuerdo en poner dinero, pero nadie dice cuánto va a poner. Si usted o yo fuéramos el Ayuntamiento, ¿firmaríamos una declaración así? Claro que no.

Las cosas no son serias. Si la sociedad inversora no ve claro el negocio (sin negocio no hay ni campo ni equipo), puede optar por venderlo todo y marcharse o esperar unos años con pérdidas hasta que se presente mejor ocasión.

La sociedad mixta hay que crearla con sentido común. No puede volver a pasar lo que ocurre con el tranvía, que los beneficios son para la parte privada y los gastos son para las administraciones.

El tiempo irá poniendo las cosas en su sitio, pero lo que es hoy diáfano, es que no ha habido ni hay transparencia en todo el proceso relacionado con el Real Zaragoza.

Y es que cuando se maneja tanto dinero, es difícil llegar a acuerdos….

 

Constancio Navarro Lomba

Presidente de Unión Vecinal Cesaraugusta

 

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