
Es un falso debate
Es un falso debate https://i0.wp.com/unioncesaraugusta.org/wp-content/uploads/2022/05/Romareda.jpg?fit=259%2C194&ssl=1 259 194 Unión Vecinal Cesaraugusta Unión Vecinal Cesaraugusta https://i0.wp.com/unioncesaraugusta.org/wp-content/uploads/2022/05/Romareda.jpg?fit=259%2C194&ssl=1- ucesaraugusta
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Voy a ser breve, no voy a necesitar más allá de 5 minutos.
A todos nos gusta opinar en esta cuestión y todos creemos tener la razón, porque se suele emplear más el corazón que la cabeza.
Nosotros estamos aquí para participar en este denominado proceso de escucha activa, aunque creemos que tal y como se ha planteado se trata de un falso debate.
No nos vamos a pronunciar sobre si se reforma La Romareda o si se construye un campo nuevo, ni donde se construiría ni de qué características. Ni siquiera el nombre.
Antes, habría que responder a las siguientes cuestiones: ¿Necesitamos un campo de fútbol? ¿Necesitamos un estadio con más posibilidades de uso? ¿Necesitamos una ciudad deportiva? En nuestra opinión, creemos que habría que tener cierta visión de futuro, habría que pensar en la posible evolución del fútbol femenino, en la de otros equipos de otras categorías, en otros campos de menores dimensiones, en quizá una escuela de deportistas. En este sentido, la propuesta de ciudad deportiva nos parece interesante y razonable.
Porque entendemos que debería tratarse de una operación que contribuya a hacer ciudad, que ayude al diseño de la ciudad, porque se trata de una apuesta estratégica de ciudad.
En segundo lugar, desconocemos los requisitos técnicos que hoy día deberían cumplirse en función de la opción elegida. Por ejemplo, si es un solo un campo de fútbol, los anillos de protección exterior, el túnel de acceso, la inclinación de gradas, parece que las actuales no cumplen la normativa vigente y muchos otros. Y es prudente no opinar de aquello que no se conoce.
Y no nos vamos a pronunciar porque también creemos que el debate debe ser otro.
Si analizamos de donde partimos,
Partimos de un campo municipal del año 1957, de un convenio de mantenimiento anual de 10 millones de pesetas que nunca se ha debido abonar por la sociedad deportiva, de un mantenimiento municipal muy caro, a costa de todos los ciudadanos, de una recalificación a favor del equipo, más bien de la empresa, para hacer viviendas donde había un gimnasio. Y de alrededor de mil millones de pesetas gastados en tres proyectos que han sido promovidos por unos grupos municipales y torpedeados por otros.
De esto partimos.
¿Y hacia dónde vamos?
Pues entendemos que deberíamos ir hacia unas instalaciones ajustadas a las necesidades de Zaragoza, de la ciudad de Zaragoza. Y esto nos parece fundamental.
El debate es qué necesita Zaragoza y, sobre todo, cómo se financia. Creemos que estas son las premisas de las que debe partir un posible debate y no de una posible ubicación.
En este sentido, se abren muchas posibilidades. De nuevo, vuelven las preguntas iniciales (¿qué necesitamos?).
Por otra parte, poniéndonos en el lugar de los propietarios de las empresas, creemos que deberían estar desde el principio en la negociación. No entendemos que no conozcamos sus intenciones.
Porque no puede olvidársenos que se trata de un negocio. Es una empresa, llámese sociedad deportiva o como se quiera, que busca un beneficio. Si no hay beneficio no hay equipo, no hay campo, no hay nada.
Por lo tanto, a la ciudad le interesa tener un equipo con su nombre y a la empresa le interesa apoyarse en la ciudad para hacer negocio, para obtener beneficio.
¿Es el ayuntamiento el que tiene que construir un estadio o unas instalaciones más completas junto con otras administraciones? Porque no se trataría de un campo de fútbol, sino de algo a lo que pueda darse uso los 365 días del año a ser posible.
Si lo construyera el ayuntamiento, ¿habría que buscar la manera de que participara en los posibles beneficios y no solo en los gastos, como en el tranvía?
Si lo construyera la empresa, ¿podría pensarse en una cesión de suelo por un tiempo determinado a cambio de un canon como ocurre con los aparcamientos en suelo público?
Por otra parte, es evidente que casi cualquier opción tiene que contemplar cuestiones urbanísticas, desarrollos urbanísticos, porque de otra manera, la operación seguramente no resultaría rentable, debiendo superar el estigma del pelotazo urbanístico.
Nosotros no nos pronunciamos, creemos que podrá estar en la actual ubicación o en otra, contemplará unas instalaciones u otras, pero sí creemos que deberán estar ajustadas a las necesidades de la ciudad de Zaragoza y también creemos que tiene que negociarse como un todo, con más o menos administraciones en función de la opción elegida, pero con la empresa en una negociación completa y compleja, en la que cada parte plantee sus necesidades y sus opciones de manera transparente.
En resumen,
1º En primer lugar, habría que determinar cuál es la apuesta, cual es la opción, ¿un campo de fútbol para el Zaragoza o algo más allá y hasta donde más allá?
2º En segundo lugar, una vez elegida, hay que conocer los requisitos técnicos de la opción.
3º En tercer lugar, los requisitos técnicos ayudarán a determinar el espacio o espacios posibles.
4º En cuarto lugar, hay que determinar el modelo de negocio, el modelo de financiación.
5º Y, en quinto lugar, toca decidir. Quién decide, que deberán ser los posibles implicados en la opción elegida, que pueden ser más o menos.
Nosotros creemos que los grupos municipales, representantes de los cuidadosos, además de otras administraciones en función de la opción elegida, y la empresa deberían llegar a un acuerdo en el que todos ganen, la ciudad y la empresa.
Finalmente, quiero recordar que el año 1957 se puso un nombre que no fue el elegido por los ciudadanos. No se tuvo en cuenta su opinión. Esperamos haber superado esa fase, que no se repita y no tengamos que preguntarnos ¿para qué nos habéis llamado?
Constancio Navarro. Presidente Unión Vecinal Cesaraugusta
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