Manuel Ángel Ortiz Sánchez

Manuel Ángel Ortiz Sánchez 150 150 Unión Vecinal Cesaraugusta

Ex presidente de la Unión Vecinal Cesaraugusta e Hijo Adoptivo de Zaragoza

Manuel Ortiz, ex presidente de la Unión Vecinal Cesaraugusta e Hijo Adoptivo de la ciudad de Zaragoza, falleció el sábado 12 de septiembre, en Zaragoza, a los 68 años.

Manuel Ortiz inició su andadura en el movimiento vecinal en los años 80. Su primer objetivo fue intentar resolver los problemas más cercanos, los de su barrio, el polígono Universidad, que en aquel tiempo carecía de muchos servicios e infraestructuras. Lo hizo fundando la asociación de vecinos Arco Iris, de la que nunca se desligó, porque a pesar de los muchos logros conseguidos, siempre decía que quedaban cosas por hacer y se estaba a tiempo de lograrlo.

En este escenario se empezó a forjar su reconocida tenacidad y el espíritu de diálogo que nunca le abandonaron. Estas cualidades se hicieron especialmente visibles durante su etapa como presidente de la Unión Vecinal Cesaraugusta. Asumió esta responsabilidad entre 2008 y 2016, así que vivió de lleno los años más difíciles de la crisis económica.

Para Manolo no fue un inconveniente. Las necesidades las transformó en virtudes y su carácter conciliador lo puso al servicio de la ciudad y de los intereses de los zaragozanos. Sentó en la misma mesa a rivales políticos e ideas enfrentadas y consiguió limar todo tipo de asperezas. Así fue como en tiempos de escasez se alcanzaron importantes acuerdos para avanzar hacia una ciudad más acogedora, dinámica y habitable.

Como no podía ser de otra forma, esta gran labor le fue reconocida en 2016 al ser distinguido con el título de Hijo Adoptivo de la Ciudad de Zaragoza. Era un reconocimiento más que merecido para este leonés de nacimiento y aragonés de adopción, que llevó con orgullo y satisfacción durante los últimos cuatro años, aunque un poco más apartado del foco de la actualidad.

Su familia, a la que tantas horas quitó durante los años de batallar diario en el movimiento vecinal, se merecía una recompensa. Y a su esposa, a sus tres hijos y a sus dos nietas les dedicó la mayor parte de ese tiempo. Pero no por ello dejó de poner su granito de arena, aportando siempre argumentos razonables al debate a la hora de afrontar cualquier asunto, por muy espinoso que pareciese.

Con esta actitud contribuyó a que la Unión Vecinal Cesaraugusta creciera más. Enseñó a muchos dirigentes vecinales a trabajar por los barrios, a reivindicar y a dialogar en la misma medida. Y durante su etapa de presidente se sumaron bastantes entidades al proyecto común de la Unión.

Manolo no se va del todo. Ha sembrado tantas semillas y ha dejado recuerdos tan imborrables, que las lágrimas que ahora se derraman por él servirán de abono y ejemplo para seguir reivindicando la participación ciudadana como una herramienta imprescindible de trabajo al servicio de los demás.

D.E.P.

Unión Vecinal Cesaraugusta

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