INTERVENCIÓN EN EL PLENO ORDINARIO DEL AYTO. DE ZARAGOZA el 28 de junio
INTERVENCIÓN EN EL PLENO ORDINARIO DEL AYTO. DE ZARAGOZA el 28 de junio https://i0.wp.com/unioncesaraugusta.org/wp-content/uploads/2017/04/tribunaopinion.jpg?fit=1024%2C362&ssl=1 1024 362 Unión Vecinal Cesaraugusta Unión Vecinal Cesaraugusta https://i0.wp.com/unioncesaraugusta.org/wp-content/uploads/2017/04/tribunaopinion.jpg?fit=1024%2C362&ssl=1- ucesaraugusta
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Excmo. Sr. Alcalde, Sres. y Sras. Concejales, oyentes todos:
Tomo la palabra en esta sesión plenaria para intentar, en la medida de lo posible, dar la opinión unánime de la Junta Directiva de la Unión Vecinal Cesaraugusta sobre el controvertido tema del carril bici por el paseo de Sagasta, que tanta polémica está levantando.
Y la controversia tiene su origen en un informe municipal que tiene como objeto la reordenación del tráfico en el eje del paseo de Sagasta, repito, reordenación del tráfico fomentando los medios de transporte sostenibles, aunque rápidamente el informe se polariza hacia la introducción de un carril bici en el paseo de Sagasta.
En un primer informe del miércoles 21 de junio, en unas pocas líneas se descarta la posibilidad de compatibilizar la circulación de bicicletas y vehículos por insegura. El resto del informe se dedica a analizar múltiples posibilidades con un denominador común, que no es otro que impedir el tráfico privado entre Goya y Lagasca. El informe concluye que la opción denominada D “es la que parece tener un menor impacto general al tráfico”.
Solo tres días después, el sábado 24 de junio, se firma otro informe relativo a las afecciones a infraestructuras para ejecutar la reordenación del tráfico en Sagasta, en el que se incluye abundante información gráfica. Se elige otra opción, la denominada C y se introducen diversas modificaciones.
En primer lugar hay que recordar que el Tribunal Supremo ha desautorizado definitivamente el carril bici por el bulevar (llámesele zona verde o llámesele como se quiera, es un espacio para el peatón), por lo que la propuesta presentada ya no vale, porque plantea parte del carril bici por el bulevar. Es decir, deberá rehacerse la propuesta. Y no nos olvidemos de Gran Vía.
En segundo lugar, se echa en falta algo que siempre se debe contemplar, el análisis de alternativas a aquello que se quiere ejecutar. ¿Pueden ir las bicicletas por otra parte? ¿Puede reordenarse el tráfico de otra manera? ¿Se ha analizado? No hemos encontrado el análisis de verdaderas alternativas.
En tercer lugar, es una medida que implica un cambio sustancial de la movilidad en una parte de la ciudad que afecta a muchas más zonas. ¿Qué sentido tiene eliminar el tráfico privado solo en un pequeño tramo? ¿Será algo temporal hasta que se apruebe el plan de movilidad urbana sostenible o no? Es una medida que afecta a la movilidad de la ciudad. Supone implicaciones que aconsejan incluirlo en un nuevo modelo de movilidad en el centro. Entendemos, al igual que con la línea 2 del tranvía, que con carácter previo, debe aprobarse el plan de movilidad urbana sostenible.
A mayor abundamiento, tampoco hemos encontrado el necesario diagnóstico previo que permita después plantear unos objetivos que se alcancen mediante una propuesta de actuación. Creemos que las cosas deben explicarse a los usuarios de la ciudad. Recomendamos tres cosas: participación, participación y participación.
Han encargado un Plan de Movilidad Urbana Sostenible. Creemos que no lo han empezado bien. Algo que afecta a toda la ciudad debe partir de un consenso previo, de un pacto ciudadano por la movilidad, como se hizo en Vitoria. Se necesita partir de unas bases consensuadas para abordar las cuestiones de la movilidad en la ciudad, el norte al que debe dirigirse la ciudad para la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos.
Sin embargo, por lo visto en la prensa, el debate se ha polarizado entre carrilistas y calzadistas sin posible solución, recordándonos una vez más al cuadro de Goya en el que dos personas se están dando garrotazos con los pies hundidos en el barro. No puede convertirse en una guerra. Entendemos que hay que salir de esta pugna. Si profundizamos un poco más, es cierto que la mayoría de los ciclistas no se encuentra segura circulando entre coches a toda velocidad. Y también es cierto que el ideal es que no hagan falta carriles bici porque la velocidad de los coches esté limitada e incluso el acceso a ciertas vías restringido. Es hacia donde deberíamos ir. Debemos superar en este debate el triunfo del carril bici genérico y ambiguo, pero que cuando se concreta en un plano, solemos pasar a carril bici sí, pero no así.
Entendemos que los carriles bici son necesarios en lugares puntuales. Hay que jerarquizar el viario y determinar dónde se puede calmar el tráfico. En grandes avenidas, o en tramos donde la hostilidad hacia el ciclista es evidente (donde hay que tener valor para ir en bici), entre otros, los carriles bici son imprescindibles. Pero creemos que solo en ellos. Debemos tender a un reparto modal equilibrado, modelo en el que se debe poder circular por la calzada. Se trata de normalizar la bici en las calles, en casi cualquier calle, de conseguir que no haga falta el carril bici porque haya respeto mutuo, respeto inculcado en las clases de educación vial en el colegio para fomentar la bici. Respeto de todos hacia todos. En otros países se convive. ¿Por qué aquí no?. Creemos que con el tiempo se irá produciendo un cambio de actitud en los conductores y en los ciclistas.
Finalmente, parece adecuado utilizar un urbanismo táctico que en la primera fase no ejecute apenas inversiones de manera que se vayan viendo los errores antes de y la implantación sea gradual.
Gracias.
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