Colegio María Zambrano Riada Agosto 2023 Parque Venecia Barranco de la Muerte

Tenemos un colegio en un barranco

Tenemos un colegio en un barranco 795 530 Unión Vecinal Cesaraugusta

El día 6 de julio de este año nos dimos cuenta repentinamente de que se había construido un colegio en un barranco. Y también un cuartel de la Policía Local y un supermercado.

¿Cómo ha podido ser?

Los barrancos siempre han sido terrenos públicos, como lo son los cauces de los ríos. Se ha evitado durante siglos construir nada en ellos.

Pero desde que los desarrollos urbanos han sido mayores, hemos ido construyendo en todas partes, pueblos y ciudades, cada vez más cerca de ellos, los hemos canalizado e incluso los hemos enterrado para que discurran por un tubo. En otros casos hemos trazado calles sobre ellos, como ha ocurrido en el barranco de La Muerte.

La falta de precipitaciones cuantiosas ha contribuido a la percepción de falta de peligrosidad.

Pero cuando llueve de verdad, lo hace antes o después. En los cauces fluviales o ríos, para calcular las zonas de posible inundación se tiene que considerar un período de retorno de 500 años; es decir, estimar un crecimiento extraordinario del caudal que se da muy pocas veces, pero que se da aproximadamente cada quinientos años. Es entonces cuando el barranco reclama lo que es suyo.

De hecho, durante siglos ha imperado el sentido común. Por poner un ejemplo, el núcleo antiguo de Fraga (Huesca) se edificó en una zona elevada, a salvo de inundaciones del río Cinca. Pero el siglo pasado, vista la llanura vacía a los pies del casco viejo, toda la expansión urbanística se ha desarrollado en terreno inundable. La ampliación del casco urbano se inundará antes o después, lo veremos nosotros, quizás nuestros hijos o quizás nuestros nietos, pero se inundará. Lo mismo ocurre en infinidad de pueblos y ciudades. En los últimos tiempos se ha perdido el sentido común. Hace siglos no hacían falta estudios de riesgos. Ahora, incluso con ellos, hacemos las cosas mal.

Colegio María Zambrano Riada Agosto 2023 Parque Venecia Barranco de la Muerte

Imagen propiedad de EFE

Pero volvamos a la pregunta inicial: ¿cómo es posible que se haya edificado en un barranco?

Pues en el momento en el que se desarrolló urbanísticamente la zona. Todos los terrenos contribuyen a la edificabilidad, a lo que se puede construir en la zona. Al barranco le corresponde, pues, un determinado número de viviendas, que más adelante se verá donde se pueden construir.

Al dueño del barranco (la administración, Confederación Hidrográfica del Ebro, en este caso) en la reparcelación de los terrenos se le otorga una parcela para poder edificar las viviendas que le corresponden, al igual que al resto de los propietarios. Menos mal que en una buena parte del terreno ya se había ejecutado el tercer cinturón.

Normalmente, los mejores terrenos se destinan a viviendas y los peores a los demás usos (comerciales, educativos, etc.). En este caso, al cuartel de la Policía Local, a un supermercado y a un colegio.

Y ello pese a que debió tramitarse (al parecer, no adecuadamente), un estudio previo de riesgos. De hecho, el 9 de marzo de 2005, en el Heraldo de Aragón aparecía una noticia que alertaba del “riesgo muy alto de avenidas en las 4.000 viviendas de La Paz”. Un informe de Protección Civil (Gobierno de Aragón) alertaba que la futura urbanización debería incorporar mayores medidas de seguridad frente a inundaciones, indicando que el riesgo de avenidas por la proximidad al barranco de La Muerte es muy alto, recordando asimismo que el cauce es torrencial y muy irregular, habiendo sido rellenado en los últimos años, por lo que se había mermado su capacidad de evacuación. Protección Civil proponía encauzar el barranco, levantar escolleras e instalar un sistema de alerta frente a lluvias torrenciales.

¿Vamos entendiendo ya lo que ha pasado?

El cuartel de la Policía Local, cuando se construyó, previó medidas como un muro de protección y un sótano inundable a modo de tanque de tormentas, que el día 6 de julio funcionaron bien. De hecho, apenas tuvo afecciones.

En el caso del colegio, no se había dispuesto ninguna medida. Tampoco en el del supermercado.

Los Colegios Profesionales de Geógrafos y de Geólogos han señalado recientemente la peligrosidad de la ubicación del colegio, instando su traslado a otra ubicación.

El Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, por el contrario, contradiciendo públicamente el de Geógrafos (la falta de educación y de respeto es evidente), señalando que estamos en buenas manos, que los cálculos hidráulicos y demás, así como de las medidas de protección que se están adoptando, son suficientes (un muro de hormigón, un canal de desagüe y un sistema de alerta, entre otras medidas.

Pero seguimos teniendo un colegio en un barranco.

Y el sentido común dice que no debería estar ahí. Los humanos juegan con el tiempo, incluso con el atmosférico.

 

Constancio Navarro Lomba Presidente de Unión Vecinal Cesaraugusta

 

 

 

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