Sesión del Consejo de Ciudad en relación con el borrador del presupuesto municipal de 2022

• 11 enero, 2022
• ucesaraugusta
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El Consejo de Ciudad, uno de los máximos órganos de participación ciudadana en el Ayuntamiento, en el que está representada la sociedad zaragozana, tiene, en función de lo establecido en el apartado e) del artículo 85 del Reglamento de Participación Ciudadana, como una de sus funciones, la de “asesorar en la elaboración del programa de actuación y el presupuesto municipal anual”.

Hace años, los entonces concejales de las distintas áreas mantenían reuniones con diferentes sectores sociales para compartir una visión de las necesidades ciudadanas, definir actuaciones o conocer problemas, de manera que el presupuesto fuera “consensuado” con los actores a los que va dirigido, que fuera más “real”. Era una labor de asesoramiento que hoy no existe, sin que haya razones para que no pueda hacerse.

En la sesión del Consejo de Ciudad se procedió a “informar” del borrador de presupuesto, que ya está elaborado y en el que apenas nada se va a influir, más que nada porque cada miembro del Consejo dispuso de 3-4 minutos para intervenir.

Aunque cuando se convocó el Consejo se envió el borrador del presupuesto (por lo menos se dispuso con antelación de documentación), en 3 minutos es imposible ni siquiera expresar una opinión. Tampoco puede entrarse en detalles, por lo que se trata más de “dar cuenta” que de otra cosa. Un presupuesto tiene un gran número de partidas, más o menos definidas, de matices, de capítulos, que lo hacen un documento complejo. Por lo tanto, solo tenía sentido manifestar cuestiones globales más que cuestiones concretas como la partida relativa a “regeneración de barrios”, que no se sabe en qué consiste, o el tema de las galerías comerciales urbanas, de las que no se ha ejecutado nada el año 2021, o de por qué no se cubren las vacantes de la policía municipal, por ejemplo, entre otras muchas cuestiones. En la Unión Vecinal intentaremos participar más adelante, en el período de información pública.

También es verdad que actualmente gobierna una coalición que se ha presentado a las elecciones con unos programas electorales y que han tenido que llegar a acuerdos de gobierno. No puede dudarse de que esos acuerdos y esos programas deben llevarse a cabo porque es por lo que los ciudadanos han votado en las elecciones. Pero es evidente que el interés general y el bien común, son los que importan y los que deberían tener respuesta desde el presupuesto, por lo que la conjunción de intereses debería quedar reflejado en su contenido.

Un presupuesto es un documento de la suficiente importancia que debe cumplirse, tanto en los ingresos como en los gastos, aunque ya nos hemos acostumbrado a que se vayan modificando (en todas las administraciones públicas) de manera constante a lo largo del ejercicio.

Y decimos que debe cumplirse porque a la vista de lo ocurrido en el año 2021, no se controlaron bien los tiempos necesarios para encargar proyectos, realizarlos, aprobarlos, licitarlos y ejecutarlos. Todos estos pasos llevan mucho tiempo, de manera que, si no se controlan, puede llegarse al final del año sin que hayan podido llevarse a cabo. En otras ocasiones, como en el caso del Plan Especial del entorno de Zamoray Pignatelli, se han retrasado e incluso rehecho debido a la presión vecinal, lo que seguramente redundará en la mejora del resultado final.

Pero, de cualquier manera, ni este gobierno ni ningún otro puede fiar todo a una fecha, a un año en el que hay elecciones, condicionando los intereses de la ciudad a los electorales.

Porque los ciudadanos, representados en el Consejo de Ciudad, merecemos algo más.