La nueva plaza de Salamero o el caos
La nueva plaza de Salamero o el caos https://i0.wp.com/unioncesaraugusta.org/wp-content/uploads/2023/04/plaza-salamero-ABR23-01.jpg?fit=795%2C448&ssl=1 795 448 Unión Vecinal Cesaraugusta Unión Vecinal Cesaraugusta https://i0.wp.com/unioncesaraugusta.org/wp-content/uploads/2023/04/plaza-salamero-ABR23-01.jpg?fit=795%2C448&ssl=1- ucesaraugusta
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Todo el mundo habla de la nueva plaza de Salamero y las opiniones son muy encontradas. A unos les gusta y a otros no.
Si hacemos un pequeño análisis, tenemos que ver previamente los problemas que existían, dejando aparte las filtraciones de agua que fundamentalmente supusieron la renovación del forjado que constituía el pavimento de la plaza.
Sus problemas eran, además de los provocados por el arbolado de gran porte existente, cuyas raíces destrozaban la impermeabilización inferior, sobre todo, de tráfico. El acceso al aparcamiento subterráneo en la calle teniente coronel Valenzuela y la salida por la calle de la Morería, hacían que el tráfico rodado no favoreciera la peatonalización del espacio. Era lo que se hacía hace 50 años.
También existían problemas de creación de espacio digno frente a la iglesia de San Ildefonso. Por otra parte, la falta de escala de los edificios ubicados entre la plaza y la avenida de César Augusto, es irresoluble.
En cuanto al funcionamiento de la plaza, los espacios semicirculares más bajos que el resto de la plaza con bancos corridos, no tenían apenas usos. Debido a ello, no existían espacios tranquilos donde poder utilizar la plaza como tal, un espacio tranquilo algo aislado de la circulación, incluso peatonal de su perímetro, que permitiera el reposo o el encuentro entre personas. Estaba muy ajardinado, eso sí; disponía de mucha superficie verde, origen de los problemas que ha sufrido debido a las filtraciones.
Pues bien, vamos a ir analizando puntos concretos del nuevo diseño.
En primer lugar, el problema del tráfico parece haberse resuelto. Se han eliminado los accesos anteriores, habiendo liberado para el uso peatonal la mayor parte del espacio. No era muy difícil, pues se eliminó totalmente el forjado para hacerlo nuevo, lo que ha permitido redistribuir los accesos.
En segundo lugar, ante la imposibilidad de mantener el arbolado anterior, la idea básica parece haber sido compensar la falta de arbustos de gran porte, que daban sombra, por unas estructuras metálicas muy altas, soporte de una serie de sogas que suavizan su aspecto, como base de la futura vegetación trepadora que proveerá de sombra al espacio. También se han construido jardineras en las que se ha amontonado tierra para que puedan plantarse algunos olivos de pequeño tamaño que, por su situación, parecen mayores.
En tercer lugar, la iglesia de San Ildefonso dispone de un espacio que por lo menos la tiene en cuenta. Quizá sea la mejor idea del proyecto, que se ve ensombrecida por la estructura metálica de la que salen chorros de agua y que soportan las letras de la ciudad.
En cuarto lugar, la superficie disponible se ha subdividido de tal manera que no dispone de un espacio de las suficientes dimensiones para poder llamarlo “plaza”, con excepción del citado anteriormente, desangelado, sin bancos, que parece ir destinado a un mar de mesas al servicio del quiosco ubicado a su lado.
Se ha diseñado un pequeño laberinto que no dispone de espacios de la suficiente entidad. Parece un cruce de direcciones sin que quede claro su objetivo.
En quinto lugar, se ha dado un excesivo protagonismo a las entradas al garaje. Las estructuras construidas para los accesos al aparcamiento subterráneo y a un quiosco, prácticamente se adueñan des espacio de la plaza. Son de un tamaño exagerado que contrasta con la práctica totalidad de los aparcamientos subterráneos existentes en la ciudad, de los que solamente se aprecia la escalera de acceso.
En sexto lugar, se ha dispuesto una lámina vertical de agua (parece una provocación, después de los problemas que ha sufrido debido a las filtraciones) sin que se pueda poner en contexto, en relación, con el resto de la plaza. Esa estructura sirve de soporte a un letrero (Zaragoza) frente a la calle del Azoque, que parece querer otorgarle el protagonismo a la entrada por esta calle, sin que lo tenga en la realidad.
En séptimo lugar, el suelo de hormigón no es el más agradable para una plaza. Podían haberse dispuesto diferentes suelos para diferenciar zonas o usos, o haber elegido cualquier otra opción, sin duda con mejor resultado.
En octavo lugar, se han construido tres láminas para que, al parecer, dibujen los niños con tiza, al sol, sin que se encuentre en relación con las zonas de juegos dispuestas.
En noveno lugar, visitada de noche la “plaza”, las luces blancas dispuestas en líneas horizontales constituyen el último despropósito.
En resumen, una plaza extraña, con unas estructuras metálicas que se adueñan de ella, que no funciona como plaza (lugar ancho y espacioso), un proyecto que no tiene nada que ver con el de la plaza de Santa Engracia, mucho menor resuelta, en el que se aprecia sensibilidad; sensibilidad que aquí no hemos captado.
Finalmente, hay que decir que no ha existido participación en el diseño de la plaza, pero de eso no hablaremos hoy. Lo haremos mañana.
Constancio Navarro Lomba, Presidente Unión Vecinal Cesaraugusta
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