La obligación de repensar las ciudades

• 4 diciembre, 2020
• ucesaraugusta
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La crisis del coronavirus ha mostrado las grandes debilidades de nuestras ciudades, desiguales e insostenibles, una situación que debería entenderse como una oportunidad para construir ciudades y territorios más resilientes, responsables y equilibrados. ¿Con qué criterios? Desde la Unión Vecinal Cesaraugusta proponemos que, como punto de partida, pueden servir estos tres: proximidad, adaptabilidad y flexibilidad. Pero por encima de todo, hay que tener en cuenta que las personas y su salud deben estar en el centro de ese diseño.

Cada vez que hay una pandemia global como la que nos está afectando, cambian muchas cosas. También en las ciudades, que ven alterado su ritmo, sus rutinas y el uso de sus espacios. Hay unos cuantos argumentos que a bote pronto surgen para la reflexión: cómo diseñamos zonas verdes de calidad junto a las viviendas, si apostamos por la ciudad compacta o extendida o de qué forma conectamos los espacios públicos a través de corredores verdes.

En este debate y en cómo hacerlo realidad, debe empezar a trabajarse de inmediato y, en la medida de lo posible, anticiparse para que las nuevas medidas no incidan, aún más, en desigualdades urbanas. Seguramente las grandes urbes como Zaragoza seguirán siendo densas, pero hay que evitar a toda costa el riesgo del hacinamiento.

En el caso de las viviendas, el diseño de terrazas es una necesidad o, por lo menos, de pequeños balcones que supongan un soplo de aire fresco para sus usuarios. También habría que pensar en reformular la función de espacios comunes como las azoteas otorgándoles un mayor protagonismo.

Por otra parte, ha calado la idea de que el teletrabajo ha llegado para quedarse, lo que quiere decir que en muchos hogares hay que ir pensando en dónde ubicar la oficina para hacerle un hueco al que bien podríamos describir como el nuevo ´rincón de pensar´.

Por supuesto, todos los sectores implicados, públicos y privados, deben plantearse la necesidad de crear vínculos más estrechos entre la vivienda y el espacio público.  O lo que es lo mismo, apostar por espacios públicos saludables pensando, de nuevo, en que las personas y su salud estén en el centro del debate. Es por ello que la relación entre los vecinos y el entorno en el que se mueven tienen que ir cambiando, aumentando las zonas de esparcimiento, incrementando la biodiversidad y la integración de la naturaleza, y creando corredores verdes que acerquen los barrios entre sí y con el centro de las ciudades.  

Todo ello está relacionado con otro reto fundamental al que hay que hacer frente: la movilidad. Favorecer la proximidad, los tránsitos peatonales y los sistemas de movilidad sostenible son argumentos a potenciar, junto a la idea del transporte público de baja ocupación para los trayectos más largos y el coche para las personas más vulnerables que no puedan utilizar otros medios.

Hay mucho trabajo por hacer y poco tiempo que perder. Repensar desde ya el diseño de grandes ciudades como Zaragoza es una obligación porque la crisis sanitaria que estamos viviendo ha llegado para quedarse.

Constancio Navarro Lomba. Presidente Unión Vecinal Cesaraugusta